Alguna vez, dije que a los 24 me iba a casar y formar una familia. El destino me tenía mil sorpresas para bien o para mal, a lo único que le achunté fue a que en definitiva tendría mi familia, no bien constituida como todos hubiesen querido, pero en el fondo una familia pequeña, rica y lo más importante, que me hace feliz.
Estoy contenta hoy porque además de cumplir un año más, me siento menos sola que nunca, de hecho creo que tener a mi Diego me ha dado las fuerzas que nunca tuve para seguir trazando sueños, esta vez compartidos y pensados más que en mi bienestar en el de esta personita hermosa que llegó a acompañarme en la travesía eterna que es mi vida.
Me siento una mujer feliz, sin importar de mis viejas heridas, errores y temores. Estoy rodeada de gente maravillosa que ha llegado por arte de magia y que me ha enseñado un montón de cosas nuevas, les doy las gracias a todas las personas que hayan pasado por mi vida, a las que siguen a mi lado fieles, a las que me han lastimado y a las que he lastimado yo también, a los que aparecen en mis días de manera intermitente, pero que con su luz son capaces de iluminar un centímetro de mi vida.
A todos gracias, a los buenos y a los malos, porque sin cada uno de ellos, no sería yo.